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Las calles son una trampa para quienes circulan en las noches.
Vecinos de Tanaguarena tienen 11 días con la oscurana en las calles de la urbanización, porque los postes de luz se quedaron sin luz y los residentes ahora andan a expensas del hampa.
Agregan que las construcciones que se hacen en la zona se han convertido en “conchas” de atracadores que utilizan estos lugares para esconderse y camuflarse en la noche, y esperar a los vecinos para atracarlos.
Otro problema es que las calles son una trampa para quienes deben caminar en medio de la oscuridad. Los huecos, las alcantarillas sin rejillas y los montones de tierra y piedra esparcidos en lo que deberían ser las aceras representan un peligro; más aún porque no hay iluminación.
“La semana pasada una señora, de 43 años, se fracturó un pie porque cayó en una alcantarilla sin reja, que no se ve por lo oscuro de la zona”, dijo Marta Martínez.
La comunidad ha llamado a Corpoelec para que reponga los bombillos de los postes y sólo le contestan que ya enviaron la cuadrilla, que nunca llega. Piden a las autoridades policiales que haya patrullaje, porque la seguridad es deficiente. “Hay un módulo de Polimunicipal, pero después de que llega la oscurana se van y nos dejan a merced de los choros”.