DIARIO EL IMPULSO (LARA)
El tema de los apagones es casi impronunciable en los barquisimetanos porque las molestias se generan enseguida, sin embargo, son evidentes los daños ocasionados en sectores populares de la ciudad. La comunidad Los Crepúsculos, en el oeste, sabe de la incomodidades.
En primer lugar, colindan con la Zona Industrial II de Barquisimeto, en la cual frecuentan durante las noches los delincuentes y, una vez que ocurren las caídas de tensión, la inseguridad empieza a afectarlos.
Sin embargo, no son los únicos en problemas. Otras tantas urbanizaciones y comunidades, enfrentan la problemática de la crisis eléctrica, invirtiendo grandes cantidades de dinero en la compra de plantas generadoras de energía y también sustituyendo los equipos electrodomésticos.
En las inmediaciones del Hospital Pastor Oropeza, entre las avenidas Florencio Jiménez y Las Industrias, se va la luz más de dos veces a la semana. Los consultorios médicos que laboran en la zona, no pueden prestar los servicios que faltan en el centro de salud.
Además tienen un caos vehicular latente. Se trata de un tramo muy concurrido, en el cual busetas y “rapiditos”, quedan atrapados en largas colas y resulta casi imposible avanzar por ahí.
En el este
La urbanización Fundalara y Las Trinitarias, son otras de las más afectadas por los frecuentes racionamientos de electricidad. Con cacerolas en mano, los vecinos expresan su repudio a la crisis eléctrica.
Sólo en el caso de Fundalara han organizado más de cinco protestas en las últimas semanas. Se cansan de dormir sin aire acondicionado y, por encima de eso, lamentan las molestias ocasionadas a las personas de la tercera edad y enfermos que requieren de cuidados.
Luz Gutiérrez, vecina del Club Hípico Las Trinitarias, reclama que la Corporación Eléctrica Nacional (Corpoelec) no comunique a los vecindarios y/o urbanizaciones cuáles serán los días de racionamientos y el tiempo de casa suspensión.
Durante este viernes, los vecinos hiceron cacerolazos como medida de presión y es que varios refrigeradores o neveras perdieron la temperatura indicada para conservar en buen estado carnes y otros productos.
“Las neveras se están dañando; perdemos los alimentos que necesitan estar refrigerados y, en este sentido, algunas familias optan por comprar sólo los cortes de carnes que se van comer en el día”, expuso la vecina.
De la misma manera, conviene que los racionamientos no ocurran en las zonas donde existasn estaciones de rebombeo, tal como lo expuso en días pasados, la ingeniero Adriana Díaz, presedenta de Hidrolara: “sin luz no hay agua”.
En el llenadero Jacinto Lara, ubicado en la avenida Florencio Jiménez, se ve afectado el suministro a las comunidades ante los repetidos apagones en ese ámbito. De tres días a las semana, apenas dos y hasta una vez, reciben el vital líquido las familias de la parroquia Juan de Villegas.
La hidrológica ha denunciado en varias oportunidades las pérdidas millonarias a causa de los desperfectos en equipos de rebombeo y demás tuberías.
Fallas en el alumbrado público
Comunidades y urbanizaciones de la ciudad, presentan problemas con el alumbrado público. Las luminarias tienen varios desperfectos y, en el caso de los sectores populares, ni siquiera existen.
Hace falta una importante inversión en este sentido, de lo contrario, seguirán desprotegidos en medio de la oscuridad. En días pasados, los habitantes del barrio Simón Rodríguez, en el oeste, cerraron la avenida Florencio Jiménez en reclamo de la instalación del servicio de electricidad.
A pesar que el proyecto está un 80% avanazado, en la humilde barriada continúan sin luz por la falta de atención de la oficina regional de la Corporación Eléctrica Nacional.
http://elimpulso.com/articulo/vecinos-rechazan-los-cortes-de-electricidad