Venezuela se está apagando

EL PITAZO

 

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CRISIS ELÉCTRICA Bajo el velo de la opacidad del régimen, que lo que no oculta lo maquilla, el poderío energético de la electricidad está desapareciendo alarmantemente y  eso resulta en que Venezuela se está apagando. Es inaudito e inaceptable que esto ocurra en medio de la mayor cantidad de dinero jamás mal invertido y además terminar con tan poca luz.

Para saber cómo llegamos aquí es imperativo hacer una revisión histórica sobre cómo debe funcionar el Sistema Eléctrico Venezolano, SEV, un sistema hidro-térmico, pero hidro-dominante. Esta síntesis no toma en cuenta la capacidad hidroeléctrica de los Andes ni las plantas de generación distribuida, sólo la capacidad térmica de unidades mayores.

“La capacidad instalada del Bajo Caroní es de 15 mil 746 MW hidroeléctricos, sin embargo, en la actualidad, 40 % no están disponibles por políticas fallidas en la gestión operativa y mantención de Corpoelec. No obstante, para lograr un perfil en las regiones del Oriente, Centro, Capital, Zulia y los Andes se requiere en estas regiones de bloques mínimos de generación térmica disponible, para que a través de la Red Troncal de Transmisión y las subestaciones de Transmisión y Distribución, se puedan entregar voltajes aceptables a lo largo y ancho del país a los diversos usuarios del servicio”

Lo que llaman “IV República” dejó instalados 5 mil 861 MW térmicos fuera de Guayana para este propósito. Después de la más insensata expansión térmica de nuestra historia, la V República comenzó 15 mil 273 MW, que por su gestión corrupta y disfuncional sólo completó en un 59 %, pese a destinar US$43 mil millones, dejando inconclusos casi 6 mil 300 MW. Es sumamente crítico que dentro de estos incumplimientos estén más de 4 mil 400 MW que permiten el ahorro de combustible y emisiones, un factor crecientemente limitante para el funcionamiento de SEV, no por su escasez sino por su mala mezcla.

Lo triste es que la fabulosa suma de dinero citada, no incluye más de $10 mil millones para Tocoma, pero en todo caso, la primera suma era más que suficiente y sobraba un realero para no sólo haber completado todos los proyectos acometidos, sino también para retener toda la capacidad instalada por la “IV República”, en servicio y reserva. Pero en vez de tener más de 21 mil MW térmicos, terminamos con menos de 2 mil MW para la crítica función de mantener un balance hidro-térmico confiable, lo que es inconducente para la operación estable del SEV. Un mil MW fueron retirados por obsolescencia.

¿Entonces, qué pasó, con algo tan vital para mantener el control óptimo del SEV del despacho de energía? La V República, por abuso y desidia, perdió el 87 % de la capacidad recibida de la IV República, allí se fue el chivo. Para rematar, la VR perdió además, por su corrupción y disfuncionalidad, el 79 %, de lo que lograron instalar. Es decir más de 12 mil MW están moribundos y allí nos quedamos sin el mecate. Pero todos nos quedamos, con los “bajones y la mayor cantidad de apagones” sufriendo la mayor pérdida de calidad de vida y destrucción económica del SEV. Esto ha sido usado para estrangular las posibilidades económicas y sociales presentes y futuras de la gobernabilidad de nuestra Patria.

Vivimos una calamidad eléctrica nacional que nunca ha tenido nada que ver con razones climáticas, zoológicas, fábulas de sabotaje o una demanda excesiva de los sufridos usuarios pues esto pasa con un Guri que está full. Se ha cometido la más grande estafa al tesoro de la nación, la cual continúa a plena vista y en una inmundicia de impunidad que la hace inocultable.

Paradójicamente, en lo que más dinero se ha malgastado, es lo que en peor estado está: la generación de las plantas, incluyendo en Guri donde hemos perdido más de la mitad de su capacidad efectiva. Si sólo eso no nos hace rescatar el país de la tiranía que mata, roba, humilla, destierra nuestros hijos y nos inunda en un mar de infinidad de penurias, entonces todos seremos culpables. Y, como dirían, terminamos teniendo en el poder a los malos gobernantes que nos merecemos.

Hay que salir del régimen y sus cómplices sin dilación, el SEV y nada es viable con ellos. No hay precio del petróleo que soporte este desbarajuste.

Venezuela requiere de cuatro “T”, dos “E” y una “A”: Tiempo, talento, tesoro, trabajo, energía con ética y austeridad. Temedle mucho al régimen y a los que quieren US$ 40 a 50 mil y 8 años para arreglar el SEV, dinero que no tenemos y mucho menos tiempo, porque Venezuela no aguanta más. Tenemos una cita inaplazable con el destino que la Providencia nos mandó, abrasémosla.

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