CORREO DEL CARONÍ
PÚBLICO & CONFIDENCIAL/Damián Prat C.
Como siempre hacen, la entrada al lugar donde se realizó el acto era “triple filtrada”. Sólo podían pasar los que estaban en una lista. Sólo los del grupo de Maduro-FBT y los “rangelistas”. Ningún trabajador de Alcasa que no fuera de ese grupo podía estar allí. Tampoco los de otras empresas. Quedaron excluidos otros psuvistas y chavistas de otros grupos internos. Totalmente negada la entrada a los trabajadores independientes o simpatizantes de la oposición democrática que fueron clara mayoría el 14-A. Docenas -más bien cientos- de legítimos dirigentes sindicales, delegados departamentales, delegados de prevención, directores laborales, electos con el voto masivo de los trabajadores fueron discriminados. ¿Gobierno de calle? ¡Gobierno de-cállate! Y sin embargo les aparecieron dos o tres respondones a quienes Maduro amenazó.
“Fue decepcionante”, nos dijeron algunos trabajadores que pudieron seguir la cosa por TV. “No dijo nada o casi nada”, apuntaron. “No hubo nada claro sobre inversiones para recuperar las empresas y su enrevesada explicación acerca de los contratos colectivos dejó más pesares que soluciones”, advierten casi todos los consultados.
Seis veces “inaugurada”. Primer detalle: La “inauguración” de la pequeña planta extrusora en Alcasa, era la sexta hecha por los jefes del gobierno en apenas nueve meses en esa misma “primera etapa”. Y nunca ha producido nada. En Agosto pasado se armó un tinglado para “inaugurarla” con Chávez pero éste cambió el programa y se fue a otro lado. Quizás algún asistente lo alertó del engaño. Esa vez fue el presidente de la empresa quien “inauguró”. Semanas más tarde hubo otra “inauguración” con el ministro de Industrias. Y una que hizo el gobernador poco antes de las elecciones del 16-D. Otro acto inaugural se hizo con el antiguo presidente de CVG Gil Barrios. La quinta fue en marzo y ahora con Maduro. No es mala esa planta pero no representa ninguna solución de fondo. Una transnacional de China pone el dinero y tiene el contrato pero la responsabilidad técnica es de una transnacional italiana subcontratada. Como esa, hay al menos una docena de “extrusoras” fabricantes de perfiles de aluminio en varios sitios de Venezuela.
Flota de autobuses. Maduro y Menéndez anunciaron una “corporación” para manejar una “flota de modernos autobuses chinos para suplir el transporte de personal”. Quizás engañen a alguien en el resto de Venezuela, pero aquí en Guayana hace ya tres años que Venalum tiene esa flota de “YouTong” modernos y pintados de rojo. Lo que causa bochorno es ver el estado de abandono y destrozos de esa flota. ¿Quieren verla? Miren este viernes 9:00 am, en nuestro Público & Confidencial TV dentro del #RadardelosBarrios por Globovisión el caso Venalum. Son dolorosas las imágenes.
¿Contratos colectivos? Maduro dijo cosas contradictorias y nada claras. La mayoría entendió que dijo que el gobierno financiaría durante dos años a los contratos pero que luego se discutirían pero “con un modelo nuevo” que calificó de “socialista”, reformulando beneficios tales como HCM, subsidios escolares, aportes de vivienda ni seguros y más que serían sustituidos por “Barrio Adentro obrero” y similares. Nada del enorme rezago salarial ni de las colosales deudas del gobierno.
Ni una palabra sobre Venalum y la ruina causada por el gobierno. Nada de los 314 millones de dólares cuyo cheque Maduro tiene retenido desde el 20 de agosto pasado cuando Chávez firmó el punto de cuenta. No obstante, parece que quiso “pasar el asunto bajo la mesa”, porque el día anterior, Menéndez dijo que “ya está resuelto”. Nada sobre el desastre de Bauxilum. Ni de Carbonorca. Tampoco se vio a los militares de Sidor y Venalum. Ni una palabra de la irritante discriminación contra los 15 mil trabajadores propietarios del 20% de Sidor a los que no se les ha pagado ni un bolívar a diferencia de los 2 mil millones de dólares pagados a la transnacional.
¿Empresas en azul? Salvo que Maduro sea daltónico y confunda el azul con el rojo, esa explicación “pa’trás y pa’lante” acerca de que algunas empresas como Alcasa “ya están en azul” para luego decir que “estamos reviviéndolas” (¿quiso decir que el gobierno recién pasado las mató?) o que “en dos años estarán recuperadas”, dejó a todos confundidos. La realidad de producción destrozada, gigantescas pérdidas, ruina contra los trabajadores, es harto conocida. En esta columna del viernes pasado hay un resumen cortico pero completo.
Milicia obrera. El repetido anuncio de “armar una milicia obrera”, debe haber causado rechazo o al menos suspicacias incluso entre los suyos, porque nadie aplaudió cuando Maduro lo dijo. “Eso parece que quieren usar a algunos trabajadores fanatizados contra sindicatos y trabajadores cuando debamos hacer asambleas, paros o protestas”, coincidieron unos y otros.