CORREO DEL CARONÍ
PÚBLICO & CONFIDENCIAL/Damián Prat C.
Nada demuestra más el enorme impacto de la colosal movilización de pueblo de ayer domingo, acompañando a Henrique Capriles Radonski a inscribir su candidatura ante el CNE, que las reacciones de despecho del oficialismo. Unas, como las del canal 8, tratando de minimizar la multitud y el triunfo político (desde aquellas de un reportero diciendo que “son muy desordenados” porque está acostumbrados a la sumisión ovejuna, el militarismo, la uniformidad hasta las imágenes trucadas) y las otras de “dirigentes” que acusando el impacto de la multitud, de la juventud y energía de Capriles, de su insistencia en unir a Venezuela, buscaron un “argumento” del cual agarrarse: “es que habló muy corto”. Puro despecho.
Allá ellos con su despecho. Algo tienen que decir para no sumirse en la “depre”. Aunque es importante que hayan asimilado el impacto porque eso los va acostumbrando a lo que el pueblo decidirá el 7 de octubre. ¿Será que de verdad se creían las encuestas de Jesse Chacón y las compradas?
Venezuela necesita un presidente con la juventud, la determinación y la energía para enfrentar con éxito el reto de sacar al país del atraso y el estancamiento. Para asumir personalmente la conducción de la lucha por vencer la inseguridad y la criminalidad y hacerlo, además, con criterios modernos, con sensibilidad social. Para enfrentar el reto de superar la pobreza y no solo de “taparla” con limosnas. Para abrir el camino de una economía con inversiones, un país industrializado para que haya empleo de calidad y productivo. Recuperar a Guayana y proyectarla en un nuevo plan de largo alcance. Equilibrar de nuevo los derechos del trabajador cercenados por el gobierno del falso “obrerismo”. Impulsar el sistema eléctrico nacional para que la industria florezca y los apagones en las ciudades no sean la regla. Que construya viviendas de verdad, no maquetas ni apartamentos con paredes de cartón.
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