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Solicitan a Corpoelec que revise la situación del servicio .
Los repentinos bajones y el brusco retorno de la energía eléctrica que, a diario, se registran en diversos sectores de la parroquia Bolívar de Zamora, se han convertido en un dolor de cabeza para comerciantes y vecinos que pasan de 3 mil, ya que se les dañan los aparatos y no saben a quién reclamar.
Francis Martínez, habitante de Ceniza, dijo que perdió la cuenta del número de bombillos quemados que ha cambiado. El lunes por la noche se dañaron dos, debido a que la luz «parpadeó». Una de sus vecinas mandó a reparar la nevera dos veces porque dejó de funcionar.
Otros vecinos también han perdido televisores, plantas de sonido, licuadoras y ventiladores, entre otros aparatos, debido a las fallas. No hay registro de las personas afectadas.
La situación empeora cuando llueve | Judith Porras, comerciante de Araira, indicó que cuando eso ocurre quedan inservibles los reguladores de voltaje de las neveras y otros artefactos en el frigorífico que atiende. Los aparatos están enchufados directamente a los tomacorrientes para que no le dañe la carne.
La semana pasada Roender Marcano sustituyó el cableado de la panadería porque se achicharró. La empresa de helados cambió la nevera que dejó de funcionar y aún falta por comprar un microondas para sustituir al que se quemó.
Muchos negociantes apagan los puntos de venta y cajas registradoras para que no se dañen. Las ponen a funcionar cuando las necesitan.
Virgilio Mendoza, otro comerciante de la zona, indicó que ya no se registran apagones de horas de duración, desde la semana pasada.
A nombre de los parroquianos hizo un llamado a Corpoelec para que los técnicos revisen el sistema que suministra la energía eléctrica, para que cesen los bajones.
Mendoza también alertó sobre la oscuridad reinante en la calle principal de Ceniza, que no tiene iluminación desde hace un mes.
