Censura eléctrica

DIARIO TAL CUAL

El supuesto derroche de energía es un pretexto para esconder cifras. La eliminación de la Oficina de Operación del Sistema Interconectado ha sido un apagón informativo. Según el experto José Aguilar, el actual régimen se ha trazado la meta de destruir la termoelectricidad
JOSÉ SUÁREZ NÚÑEZ.

Hoy lunes 12 de agosto se cumplen 1.000 días de censura eléctrica que impuso el gobierno al eliminar la Opsis (Oficina de Operación del Sistema Interconectado) el 16 de noviembre de 2010, que en la práctica ha sido un apagón informativo.

La Opsis era un sitio donde todo el mundo tenía acceso y registraban en tiempo real todas las actividades de las 14 plantas eléctricas públicas y privadas que constituía el sistema interconectado.

La Opsis informaba sin tener que esperar un comunicado gubernamental cuando se producía alguna novedad eléctrica y todo lo que hacían las plantas de Cadafe, Edelca, las otras plantas privadas y públicas, la Electricidad de Caracas, el nivel de agua que registraba el Guri y el bombeo diario.

Los ciudadanos se enteraban de cuántas turbinas estaban trabajando en Planta Centro, cuánta energía estaba aportando Cadafe y las demás plantas del país. Era una radiografía eléctrica.

El experto José Aguilar, que ha seguido la fecha minuciosamente señala que también se ha escondido con el cierre de Opsis toda la información eléctrica sobre generación, transmisión y el consumo de combustibles. Por tratarse de un servicio público, como regla de oro, debía permanecer abierto a la opinión pública.

Aguilar agrega que esto se hizo como una táctica inicial para seguir la estrategia gubernamental de que el venezolano es un derrochador de energía, cuestión que no es de la incumbencia de ningún gobierno mientras el usuario pague el servicio y si considera que este está regalado debe fijarle un precio razonable. Fue un invento para montar su matriz de opinión.

El gobierno ha gastado 63 millones de dólares en recoger la información sustitutiva con la creación de salas situacionales que fue otro pretexto para decirnos que la Opsis no ofrecía información exacta. La supuesta modernización de los sistemas es únicamente para su consumo, porque no se hacen públicos y siempre están inventando nuevos «slogan» para vestir sus errores eléctricos.

La divulgación de que el venezolano es un derrochador eléctrico es un pretexto para esconder cifras, porque los usuarios no tienen la culpa de que no existan medidores, robos eléctricos y falta de pagos.

Estos elementos señalan al gobierno como el responsable de una mala gerencia. Aguilar explica situaciones inexplicables, reveladoras de una nueva burocracia que constituyen una gerencia amateur, o al menos así se comporta.

Puso como ejemplo, que la subestación Planta Centro, situada en Morón, que debe hacer el pivote de la electricidad procedente del Guri con destino al centro y occidente no funciona con éxito aunque hay instalados 1.100 megavatios a 60 kilómetros a la redonda.

Esa crónica e improvisada mala gerencia afecta principalmente a Carabobo, y en particular al área industrial de una importante cantidad de negocios. Es la entidad que lideriza los apagones. Aunque se han puesto los megavatios necesarios, y el resultado no es bueno, o los equipos no tienen combustible. La Opsis también informaba el volumen y los tipos de combustibles.

El experto Aguilar tiene la convicción de que el actual régimen se ha trazado la meta de destruir la termoelectricidad, porque no le hace mantenimiento tanto a lo viejo como a lo nuevo y otras decisiones tomadas revelan esa intención premeditada.

Advierte que en pocas semanas se podrán derrumbar algunos mitos que fabrica el gobierno, manipulando las fallas y errores, en éxitos propagandísticos.

Si el despacho de Corpoelec quiso aprovechar las semanas de más baja demanda histórica como éxitos de su gestión, comienza a partir de septiembre la alta demanda, el retorno de las vacaciones y otras actividades donde habrá mayor demanda.

«Ya fue utilizada la figura de El Niño de parte del Gobierno como responsable de la escasez, como pasó en otras épocas. En septiembre la demanda sube de 1.300 a 1.600 megavatios. Como una estimación abierta sería necesario disponer de 19.000 a 19.500 megavatios, incluyendo los 300 megavatios que se importan de Colombia».

El Gobierno de entrada tiene un déficit de 300 megavatios, pero el último trimestre del año siempre es una sorpresa por el retorno a clase de los escolares, las navidades de diciembre que siempre se adelantan y las elecciones que aportarán actividades no usuales. El Gobierno no dispone de más de 18.000 a 18.500 megavatios y la demanda es mayor, lo cual indica que seguirán los apagones y los cortes programados.

http://www.talcualdigital.com/Nota/visor.aspx?id=90287&tipo=AVA