DIARIO PRIMICIA (CDAD. GUAYANA)
El 20 de agosto el servicio de energía eléctrica falló como habitualmente ocurre en la comunidad Sueños de Bolívar, una invasión fundada hace más de 10 años al final de la calle principal de la urbanización Gran Sabana.
En la manzana 3, Yexivi Brito acostaba a su hija y su esposo a la luz de la vela leía con fervor la Biblia al pie de la cama como acostumbra todas las noches antes de dormir.
Como no se había restablecido el servicio, la llama permaneció encendida velando el sueño de la pequeña familia hasta que a las 3:00 de la madrugada el infortunio perturbó la paz de la noche.
Un fuerte resplandor despertó al devoto esposo. La minúscula llama de la vela se convirtió en un fuego abrasador que había alcanzado la orilla de la cama e iba por la niña, pero rápidamente lograron levantarse y salir de la vivienda antes de que una desgracia truncara sus vidas.
En esa oportunidad perdieron todos sus enseres recibiendo el abrigo de los hermanos de la iglesia.
A pesar de la adversidad, la familia levantó nuevamente su hogar. Con pintura de caucho cubrieron las marcas que el fuego dejó en las láminas de zinc que hacía 5 años les regaló un pariente para construir su rancho
Con el esfuerzo de su trabajo y un dinero reunido, Yexivi y su esposo compraron ropa, cama, cocina, nevera y todo lo que habían perdido en el incendio, convirtiéndose nuevamente en un hogar.
Dos semanas después, el 2 de septiembre cerca de las 7:00 de la noche, Yexivi con su hija y su esposo salió de su vivienda para la bodega a comprar algo para cocinar.
Apenas habían cruzado en la esquina cuando una vecina desesperada les gritaba que la casa se les incendiaba
Aun sin poder creerlo Yexivi se dio vuelta y corriendo regresó para percatarse de la cruda realidad, un cortocircuito causó la nueva desdicha.
Un sentimiento devastador embargó su cuerpo. Impotente contemplaba cómo perdían todo por segunda vez en dos semanas.
Esa noche, una hermana de la iglesia le dio abrigo. Otro le ofreció un techo por una semana.
Este sábado el lapso había culminado y Yexivi, su esposo y su hija buscaban dónde ir.
Los restos de su hogar permanecen en el mismo sitio calcinados. Por el temor de perderlo todo de nuevo, Yexivi se niega a levantar por tercera vez su casa, esperando que en el algún momento pueda conseguir bloques para hacerse de un techo más resistente a las adversidades.
Cinco casas afectadas
Desde el 20 de febrero de este año, cinco casas -incluyendo la de Yexivi- se han incendiado producto de los cortocircuitos en las guayas que guindan sobre los techos. Los vecinos sin contar con el apoyo del consejo comunal, acudieron en varias oportunidades a Inviobras donde se comprometieron a hacer una inspección que nunca se concretó- cuenta Xavier Cermeño- mientras que Corpoelec respondió con el cambio de un transformador.
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