CORREO DEL CARONÍ
PÚBLICO & CONFIDENCIAL/Damián Prat C.
Las S.A. del partido nazi nacieron para ser los arietes “civiles” pero con organización jerárquica militarista, de la “limpieza” política y étnica contra los judíos pero también contra los adversarios como los socialdemócratas y comunistas o las minorías como gitanos, algunos extranjeros, homosexuales, etc. Ellos, los nazis, eran “los superiores” y por ello tenían una especie de “derecho histórico” a hacer lo que fuera “para preservar la revolución”. A los judíos, como sabemos, les tatuaban unas etiquetas amarillas, para segregarlos, criminalizarlos. A ellos, como a comunistas, liberales y socialdemócratas los exterminaron en campos de concentración. Más adelante, a ellos dentro del nazismo les aplicaron “la noche de los cuchillos largos”, porque la “revolución se traga a sus hijos”, pero esa es una historia muy larga. Tras la guerra y la derrota llovían los “yo no sabía” de quienes creyeron con soberbia, que el poder era eterno.
Mussolini y su partido nacional socialista en la Italia de hace casi un siglo, también se creían “superiores” y con sus “faccio di combatimento” (de allí viene lo de fascistas) que eran grupos de civiles “camisas pardas” con impunidad para actuar en las calles, disolvían a golpes y tiros las huelgas obreras “desestabilizadoras” y ejecutaban la “limpieza de enemigos” porque en las ideologías totalitarias el que piensa distinto no es un simple adversario sino “un enemigo” que de por sí es “sospechoso-saboteador” y sujeto de cualquier represalia. “Sólo nosotros somos gente”.
El sistema de Fidel Castro en Cuba, como el de Stalin y el resto de la nomenclatura soviética hasta la caída del Muro, o el de la China de Mao y ni se diga el de la Corea de Kim Il Sung y herederos asemeja en cuanto a la exclusión (los adversarios son “gusanos”), la segregación mediante “la limpieza” (casi 4 millones de exiliados), las “brigadas de respuesta rápida” fidelista que disuelve a golpes y palos cualquier protesta popular; los “comités de defensa de la revolución” que son los “sapos y soplones” del barrio para sembrar el miedo. Colocar la etiqueta de “traidores apátridas” a todo disidente. En fin. El fascismo “de izquierda” (¿eso es ser izquierda?). A partir de la creencia de que “los revolucionarios somos superiores” y que el “destino histórico” justifica cualquier barbarie porque se comete “en nombre del pueblo”. Fidel y Raúl, los dinásticos del poder hereditario cual reyes gallegos, siempre aplicaron aquello de “radicalizar la revolución” (es decir, aumentar el atropello totalitario) ante las derrotas.
Cuando se lee sobre estos episodios de la historia mundial hay un elemento común sorprendente. Muchos de los protagonistas de tales barbaries se fueron convirtiendo en fascistas, a veces sin darse cuenta, luego de ser luchadores políticos o sociales. El fanatismo ciego, la desmedida ambición de poder, la corrupción, la ausencia de contrapesos institucionales y de poderes independientes, una ideologización fanática que los envuelve en la creencia de su “superioridad moral e histórica”. En fin. He leído testimonios desgarradores de personas de aquellos años que avergonzados de su hundimiento moral, luego se preguntaron: “¿cómo llegué a convertirme en esto?”.
El “madurismo” acaba de sufrir una estruendosa derrota política aun si las cifras del CNE fuesen totalmente fidedignas. La herencia política de Chávez fue dilapidada en semanas. Perdieron casi un millón de votos en las zonas populares de las ciudades y especialmente entre los trabajadores. Perdieron más de 25% de ventaja que venía del duelo por el fallecimiento del presidente Chávez. El pueblo trabajador los derrotó en docenas de municipios y parroquias populares donde antes ganaba el oficialismo y en las que venía produciéndose el cambio en los últimos años. Los trabajadores de Guayana se rebelaron ante la destrucción antinacional de las industrias y la sistemática liquidación de sus derechos. Votaron mayoritariamente por Capriles. Igual sucedió en las zonas industriales de Aragua y Carabobo así como entre los trabajadores petroleros de Falcón, Zulia, Anzoátegui.
¿Entenderán lo que les ha sucedido? Porque hasta hace unos días vivían en su “cuarto de espejos” de la arrogancia hablando de “los diez millones de votos”. Están aislados del pueblo y del país real. Viven en su mundo de fantasías. Su “DisneyRevolution”. Millones en el pueblo chavista si lo han entendido. Casi un millón votó por Capriles. Y varios millones más se mantuvieron “a regañadientes” votando a desgano por Maduro. Y están desconcertados al descubrir en los votos y en los apabullantes cacerolazos de los barrios populares y de clase media trabajadora, que sus vecinos hartos son mayoría. Pero los jefes parecen no entender como su corrupción, su desastre, sus atropellos son los que produjeron esa derrota. Y responden con amenazas de represión.
Ahora hablan de una supuesta “rectificación” que reduce todo a “hacer mejor gestión”. Como si eso fuera el problema principal de su fracaso que ha causado este desastre en Guayana. Obvian la colosal corrupción roja, su “modelo inviable” del estatismo salvaje que sólo ha servido para hacernos más dependientes de EE UU, de los capitales de Europa, de Rusia y China. Más dependientes del rentismo petrolero. Una ruina que se apoya en robarle a los trabajadores sus conquistas y su derecho al progreso. El abandono de las inversiones. Los “gerentes” improvisados, por carnet y franela roja, que no saben nada de nada.
Y lo peor, en lugar de asumir con humildad la derrota que les propinó el mismo pueblo que antes les apoyaba, se lanzan en una campaña de persecución que pide “limpieza”, sugiriendo despidos o atropellos a los trabajadores que no se humillen con ellos, acusándolos de “sospechosos”, del “delito” (¿?) de ser “escuálidos”. Criminalizándolos por “saboteo”. Como si votar libremente fuese un delito. Ya en Corpoelec viene sucediendo desde hace semanas. Persecución fascista que ha generado el rechazo de -incluso- los dirigentes sindicales del PSUV. Ahora lo quieren extender. En Pdvsa es brutal el abuso. En los tribunales, el Seniat, los bancos estatales, ordenan revisar los celulares para criminalizar al que tenga un SMS con opiniones. Y en CVG y sus empresas se lanzan en esa campaña faccio.
Se pretende atropellar, discriminar, segregar, a 7 millones y medio de venezolanos, la mitad del electorado, la mitad del pueblo. ¿Es viable un país en que su gobierno, con una pírrica “mayoría” de 1% pretende segregar, ignorar, aplastar e ir contra la mitad de su pueblo? Agravan sus errores. Profundizan la crisis. Se echan encima a más y más venezolanos. Maduro sigue con el discurso brutal, pero ridículo, de “la burguesía apátrida” pese a la derrota popular que le propinan los trabajadores. Impiden a la fuerza el reconteo de los votos logrando que muchos millones de quienes se mantuvieron votando a su favor sospechen. El país está harto y ellos anuncian “limpieza”, discriminación y represión. No comprenden que tanto abuso es parte de lo que los llevó a esta derrota. Cavan más el hoyo.
La lucha sigue y toma más fuerza. Pase lo que pase con el justo reclamo del reconteo, hay un enorme triunfo político del pueblo que trabaja y lucha por el cambio. La ruta democrática es la ruta. Combinada con la lucha social y política. Participar. Organizarse. Esos “comandos de campaña familiares” o “de cuadra” deben mantenerse y ampliarse. Millones de venezolanos democráticos, pacíficos, dentro de la Ley, luchadores y firmes, en sus lugares de trabajo, estudio y residencia. Activando. Enfrentando los abusos, ayudando en los reclamos sociales, tendiendo la mano al que votó diferente para hermanarse en la lucha. Elevando la tolerancia. La protesta no es un delito sino un derecho. Los fascistas criminalizan la protesta.
TIP 1: Propaganda sucia de quemas falsas. Durante todo el día de ayer, vecinos de los distintos CDI que supuestamente habrían sido “quemados y destrozados”, según los anuncios del ministro Villegas y la propaganda sucia del canal 8, estuvieron mostrando en los medios digitales y redes sociales, fotos y videos “del día” de esos CDI en los que se nota que están en estado normal. No sé si habrá algún caso real, pero sin dudas fue algo prefabricado para crear histeria y engañar a los desilusionados votantes oficialistas. ¿Quién responde por eso?
TIP 2: Leído en twitter: Alonso Moleiro @amoleiro La furia de la burocracia chavista no tiene que ver con los disturbios. Lo que les hace perder la compostura en descubrirse en otro país.
TIP 3: La insólita declaración de la presidenta del TSJ negando el conteo o auditoría a los votos, sólo acrecienta la sospecha popular de que algo temen. Por lo demás, da pena ajena. “El conteo manual no existe”, dice. ¿Y los votos en el exterior? ¿Y la auditoría del 52% de las mesas? ¿Y el conteo manual cuando las máquinas fallan? Tanto empeño en negar el reconteo los acusa.