¿Entrar a Mercosur justo cuando la “revolución” destrozó producción de Guayana?

CORREO DEL CARONÍ

PÚBLICO & CONFIDENCIAL/Damián Prat C.

Más o menos hasta 2004, el aluminio de Guayana era competitivo con las grandes plantas industriales de Brasil o Argentina. En aquellas condiciones, entrar al Mercosur habría significado un reto de mejorar la productividad, pero también de conquistar mercados mucho más grandes que el nuestro, que en aquellos tiempos eran imposibles por los aranceles de proteccionismo que seguía el Gobierno de Brasil para proteger a su industria privada. Algo parecido podría decirse del acero de Sidor o Sidetur y por supuesto, de todas las industrias privadas que transforman el aluminio.

No olvidemos que Mercosur es justo un Tratado de Libre Comercio capitalista entre países con poderosa economía de mercado, donde casi nada está estatizado. Cada gobierno protege a su industria de propiedad privada porque eso es clave para sus economías. Y al acordarse entre ellos en Mercosur están abriendo la libertad de mercado para que los productos de las industrias o el agro de cada país puedan venderse libremente en los otros.

Por eso en Mercosur una condición obligatoria es que no haya control de cambios, es decir, se puede hacer comercio libremente en dólares o euros. Y claro, como todos los países de Mercosur sufrieron terribles dictaduras militares, que les horroriza recordarlas, incluyeron una cláusula democrática. ¿Por qué se “hacen los locos” con el control de cambios de Chávez y con las graves limitaciones democráticas? Business is business, negocio es negocio, decían los gringos y ellos copian. Hacer negocios con la Venezuela de Chávez que ha destruido la producción agrícola e industrial y en cambio tiene muchos petrodólares es muy atractivo para Brasil, Argentina y Uruguay que no necesitan nuestro petróleo o igual lo pueden comprar sin limitaciones, pero tienen mucho que vendernos. Negocio perfecto ante el cual vale la pena “mirar para otro lado”. Triste pero real. Allí no hay ni solidaridad ni política. Sólo negocios e intereses. Igual que hace Colombia (igual antes con Uribe y ahora con Santos) o España, sin importar si gobierna el PSOE de Zapatero o el PP de Rajoy.

Nos salva que el ingreso verdadero a Mercosur será para 2016, dando un período de adaptación de cuatro años. Para ese tiempo, los venezolanos ya debemos haber reflotado a las industrias del acero, el aluminio, la manufactura transformadora en el nuevo gobierno. Porque si se abriera el libre comercio hoy, lo poco que queda de Sidor, Venalum, Alcasa, Cabelum, las transformadoras privadas, todas desaparecerían.

Imaginen compitiendo el aluminio de Venalum cuyo costo actual de producción anda por 8 mil dólares la tonelada (en parte de la destrucción de la producción y en parte por el desastre del valor de la moneda ante el dólar) con Vale Sur de Brasil que produce a 1.500 dólares la tonelada. Estaríamos fritos.

El principal responsable de la destrucción de las industrias de Guayana. El que se jacta de “yo ordené bajar la cuchilla porque esas empresas gastan demasiada electricidad”. El que alardeaba de “quiero empresas estatales que no piensen en productividad ni rentabilidad porque esos son cosas del malvado capitalismo”. Ese mismo Chávez es el que nos mete en un Tratado de Libre Comercio capitalista, el Mercosur, donde ahora menos que nunca podemos competir. Sólo porque cree que Mercosur le servirá de foro político para dar discursos sobre “salvar al planeta del capitalismo”.

¿Cuál será el discurso de “encantador de serpientes” de mañana o el viernes? La integración…. el socialismo de Mercosur…. ¿Anunciará otra vez la Ciudad del Acero o las termoeléctricas de Sidor? ¿Culpará a los trabajadores “por tener las empresas improductivas y ahora andan pidiendo esa cosa que llaman los contratos colectivos”, como tanto le gusta calificar con desprecio a ese instrumento de progreso del trabajador?

TIP 1: Pijiguaos. Las secretarias “se pelean” por disponer de los clips que ellas mismas deben comprar de su bolsillo. Las resmas de papel o el toner lo compran mediante colectas o “vacas”. Las cooperativas de limpieza (los tercerizados de la revolución) tienen 45 días en paro porque no les pagan. Pero Bauxilum estaba fletando cinco autobuses, con refrigerio y viáticos, para traer su “cuota” obligatoria de 300 personas al mitin del candidato Chávez. Para eso si hay dinero. Corrupción.

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