Fallas eléctricas, déficit de gas y desbordamiento de aguas negras afectan a habitantes de Guaiparo en San Félix

Correo del Caroní

 

Residentes de Puerto Ordaz y San Félix han realizado cuatro protestas con tranca de vías en los últimos dos días para exigir mejores servicios públicos. La pandemia no ha detenido las manifestaciones pacíficas por el colapso de las condiciones de vida.

José Rivas


Vecinos de Guaiparo protestaron este miércoles para exigir el restablecimiento del servicio eléctrico, interrumpido desde el lunes. La manifestación de los vecinos ocurrió a pocos metros del sitio en el que estaba la estatua del expresidente Hugo Chávez en la avenida Dalla Costa de San Félix. Esta es la cuarta protesta por servicios básicos en Ciudad Guayana en los últimos dos días; las primeras fueron en Castillito, en la redoma El Dorado y en la avenida Dalla Costa.

“Teníamos tres días sin luz, llamábamos a Eleoriente (actual Corpoelec) y nos agarraban pa’ loco”, denunció Pedro Rodríguez, vecino de la comunidad. Señaló que desde la estatal no garantizan un servicio óptimo, pues el transformador que tenían explotó hace tres años y no fue sustituido. Los manifestantes atravesaron cauchos y piedras en la vía.

Para solventar la falla, trabajadores de Corpoelec conectaron las 22 casas afectadas de la calle Américo Vespucio a otro transformador del sector. La acción generó una sobrecarga. “Todo lo que hacen es medio remendarlo”, manifestó una de las afectadas. De acuerdo con habitantes de Guaiparo, esta es la cuarta vez que se cae el tendido eléctrico por las deficientes labores de reparación.

Aunque autoridades de Corpoelec se comprometieron a instalar un transformador hace tres años, no lo han recibido. Trabajadores reiteraron que la estatal no cuenta con equipos y la restitución es manejada por la Gobernación de Bolívar.

22 familias quedaron sin servicio eléctrico por la sobrecarga de uno de los transformadores | Fotos William Urdaneta

Entretanto, los trabajadores de la estatal eléctrica hacían sus labores sin guantes, cascos ni equipos de protección. Usaban una escalera, ya que no cuentan con camión cesta para los trabajos de altura. “(Trabajamos) con las uñas”, dijo uno de los obreros que atendía el reporte. Los reclamos son atendidos con retraso, dijo, porque no tienen la capacidad para atenderlos. Estimó que ha habido una reducción de 80% de la nómina por la insuficiencia salarial.

Carencias de gas

Las fallas eléctricas no son el único problema que afecta a la comunidad de Guaiparo. Las cajas de los comités locales de abastecimiento y producción (CLAP) -alimentos subsidiados por el gobierno- tienen dos meses sin llegar y no cuentan con servicio de gas desde hace cuatro meses.

“Es terrible lo que estamos viviendo aquí”, indicó la vecina Ofelia Ramírez, de 70 años. Ante la ausencia del servicio y para evitar la concentración de humo solo le quedó como opción cocinar en un fogón que tiene afuera de su casa. Encima de un tambor de aluminio colocó pedazos de bloques y unos pequeños trozos de carbón y madera seca para avivar el fuego.

Ramírez manifestó que son “insoportables” las condiciones en las que viven todos los vecinos de la comunidad. “En los años 80 yo decía en el 2020 iremos a vivir con carros espaciales, pero llegamos al 2020 y todavía estamos cocinando a fogón”, manifestó Pedro Bermúdez.

La escasez de gas ha disparado el precio de las bombonas en mercados informales a 10 dólares. Trabajadores de Bolívar Gas en Chirica estimaron en mayo que de las al menos seis cisternas que llegaban diariamente desde Anzoátegui, tan solo reciben una al día en la actualidad. En febrero de 2020, trabajadores de la misma planta aseguraron que de las 12 mil familias que atendían diariamente, tan solo podían abastecer unas 5 mil, un déficit de más del 60%.

Vivir entre aguas negras

A los vecinos de esta barriada también les ha tocado padecer enfermedades cutáneas por el desbordamiento de las aguas negras en las calles. Niños y adultos mayores han tenido brotes en brazos y piernas.

Bermúdez es uno de los vecinos que vive con las aguas negras frente a su casa. Contó que antes sacaba a su abuela de 95 años al frente de la vivienda, pero luego de que le diera una enfermedad en la piel por las condiciones insalubres de la calle, no pudo hacerlo más.

Aunque ha reclamado la situación ante la Alcaldía de Caroní, el problema acumula dos años y no han sido atendidos. “Todas las semanas viven metiéndome en programas que al final no resuelven nada”, indicó.

El gobernador de Bolívar, Justo Noguera, anunció el 30 de enero la activación del Estado Mayor de Servicios Públicos, cuya gestión se desconoce. Los servicios de electricidad, agua, gas e internet funcionan de forma paupérrima. Trabajadores de las estatales coinciden en que no hay inversión para renovar equipos y atender a la población.

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