NOTITARDE (LA COSTA)
Morón.- Desde hace más de 10 años no funcionan las torres de iluminación instaladas en la autopista Puerto Cabello-Morón, específicamente en el tramo que circunda paradójicamente la termoeléctrica Planta Centro, empresa que le corresponde el mantenimiento respectivo de esas estructuras.
Conductores que a diario recorren esta vía que une ambos municipios detallaron que en las noches sólo pueden divisarse las luces de los otros vehículos, por lo que catalogaron esta vía como una “guillotina”.
Nelson Pérez, chofer de una unidad de transporte de carga pesada que constantemente pasa por la zona, aseguró que es increíble que estas torres, que fueron instaladas hace más de 40 años cuando fue inaugurada la termoeléctrica, no sean reparadas, a pesar de la importante de esta carretera y de que se encuentre tan cerca de Planta Centro, así como de la Refinería El Palito (REP).
Al acercarse a los famosas torres que solo sirven para decorar el paisaje de la autopista, se observa cómo han sido robados los cables y otros equipos necesarios para su normal funcionamiento, lo que explica por qué se han convertido en simples esqueletos.
Los accidentes de tránsito en la Puerto Cabello-Morón son constantes y sobre todo en horas de la noche, lo que demuestra la incidencia de la falta de luminarias en el sector.
Otras quejas
La ausencia de ojos de gato y de señalización se suma al problema y lo empeora, según Pérez, que asegura haber presenciado varios choques en esta conocida vía.
Otros consultados explicaron que transitar esta autopista implica poner en peligro la vida para los conductores que la recorren, ya que es una de las carreteras más riesgosas de Carabobo por sus deplorables condiciones.
La falta de atención y la poca preocupación por parte de las diversas autoridades se reflejan en ambos sentidos de la vía; la situación se repite a la altura del relleno sanitario La Paragüita.
La oscuridad de la Puerto Cabello–Morón es el gran aliado de los delincuentes armados que aprovechan estas circunstancias para atracar a usuarios que se accidentan; las unidades de transporte público también son víctimas del hampa.