Más de 35 mil bolívares invierten porteños para afrontar fallas eléctricas

DIARIO EL CARABOBEÑO

Los habitantes de Puerto Cabello, acostumbrados desde hace años a extensas fallas y racionamientos del servicio eléctrico admitieron que la inversión para sortear las dificultades de los apagones supera los 35 mil bolívares.

Con una lección bien aprendida por la avería de una nevera, cuyo costo alcanza los 16 mil bolívares, en los hogares porteños la compra de protectores de voltaje, más que un lujo son una prioridad.  La adquisición de estos equipos cuesta entre 250 y 577 bolívares.

Su disponibilidad en la jurisdicción es considerada por comerciantes y clientes como un privilegio. Pedro Suárez advirtió que en el intento por conseguirlos en Valencia fue infructuoso,  porque ni siquiera en las grandes cadenas de ferreterías encontró lo que buscaba.

Suárez advirtió que estos protectores de voltajes no están exentos de dañarse tras un apagón o altibajo de voltaje. “Los compré al precio que me los vendieron, no exigí rebajas, sólo espero que a diferencia de los anteriores, estos  duren un poco más”.

No existe sector residencial o comercial que  salga ileso de los apagones, ni comunidad que no haya aprendido con el tiempo a buscar alternativas para sobrellevar esta situación.

En algunas zonas como  Los Lanceros es más fácil contar el retorno del servicio que su ausencia. Gioavanni Piña, residente de este popular sector, denunció  cómo la deficiencia del servicio ocasiona perdidas incuantificables, a consecuencia de la avería de aires acondicionados, televisores, neveras y ventiladores.  “Eso es a cada rato y la mayoría de las veces por horas.  Por eso es que tan indispensable como un aire acondicionado por la ola de calor, lo es el uso de protectores de voltaje. No hay aparato que aguante esas caídas de voltaje y los violentos apagones”.

Una planta eléctrica para dormir tranquilo 

Comprar plantas eléctricas exige una  inversión que supera los 35 mil bolívares. Dependiendo de los requerimientos, también existen equipos más pequeños con un costo que alcanza los siete mil bolívares.

Sergio Pineda, encargado de negocios de una ferretería,  relató  que la mayoría de los compradores preguntan primero la capacidad de la planta para alimentar el funcionamiento de un aire acondicionado o varios ventiladores, y después es que preguntan el precio.

Una intensa ola de calor y el efecto colateral que esta  provoca en zonas como las aledañas a la costa carabobeña,  es la excusa perfecta para no escatimar en costos a la hora de comprarla. “Nosotros vivimos en playa Quizandal, aquí, si no se cuenta con un equipo de estos hay que prenderle fuego a los  cartones de huevo para ahuyentar la plaga”, relató Alexander Rangel.

Compras en descenso

La adquisición de estos equipos es cada vez menor. Encargados de ferreterías y tiendas del ramo aseguraron que anteriormente, en un día se vendían más de 10 plantas. “Ahora, semanalmente salen tres o cuatro nada más. Ya la gente compró sus equipos y disfrutan de las bondades de contar con una planta alterna con capacidad para un aire acondicionado  o varios ventiladores”, afirmó Juan Padrón.

Algunos compradores advirtieron que como los repuestos para carro y  las medicinas, el precio de estas fuentes de poder y el de los protectores, varía en apenas 24 horas. Algunos comerciantes admitieron esta situación y alegaron que con la llegada de cada pedido, el precio sube entre un 20 y 25 por ciento.

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