OPINIÓN | Contrastes y aberraciones electrizantes

EL PITAZO

 

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ELECTRICIDAD En 2007, Venezuela“regaló” 4,8 MW a Bolivia con una planta de generación distribuida que se instaló en la ciudad de Puerto Suárez, siendo éste el menor de este tipo de “regalos” hechos por Venezuela también a Haití, Cuba, Nicaragua y otros. Once años después, una sociedad entre una filial de Pdvsa, llamada Pdvsa Bolivia S.A, con la Boliviana Ende Andina S.A.M. (Empresa Nacional de Electricidad Andina S.A.M), va rumbo a los 1.821 MW (728,4 MW), de los cuales corresponden a la estatal petrolera venezolana.

Primer contraste: Al revisar al SEB y SEV interconectados, vemos que ambos realizaron una expansión termoeléctrica. En Bolivia, aún con mayor potencial hidroeléctrico que Venezuela, dicha expansión ha sido exitosa en el uso de sus recursos, mejor aprovechamiento de sus reservas de gas natural, mayor electrificación y exportar electricidad. En cambio nuestro país dijo no a la opción hidroeléctrica, fracasó en su expansión térmica, destruye la economía y somete lesa humanamente a la población a través de la carencia de electricidad.

En Venezuela hay un equipamiento inconveniente del sistema eléctrico, muchas veces usado sin planificación. También vemos una cada vez más grave desprofesionalización del sector y proliferan sonados casos corrupción con plena impunidad y licitaciones amañadas. Mientras más se gasta dinero menos electricidad tenemos, moribundo está el “Hecho Venezuela”, vivimos el mayor éxodo e hiperinflación de nuestra historia, por la des-electrificación nacional exprofeso del SEV y no hay la normal rendición de cuentas ante la nación.

Segundo contraste: Dentro del SEB, la planificación y la meritocracia permiten la armonía entre todas las fases del mismo, con la estrategia y proyecto nacional de ser un exportador de electricidad. Hay licitaciones públicas abiertas en base a términos y condiciones técnicas y financieras alineadas con la estrategia. Los resultados de las mismas se pueden escrutar y las obras se ejecutan dentro de plazos y costos convenidos, viéndose que la electricidad se anticipa y propulsa el progreso de Bolivia y, pese a ser un país sin acceso al mar, lejano de los fabricantes, los proyectos tienen costos acordes con el mercado internacional.

Tercer contraste: Los equipos del SEB son de tecnología de punta. Una vez en servicio, su mantenimiento está acorde con las mejores prácticas de la industria, traduciéndose en un servicio confiable. El SEB tiene reglas claras para sus participantes conducentes al cumplimiento, con penalidades por desempeño no conforme. Gracias a la regla de oro para toda Empresa de Servicio Público, ESP, la transparencia permite a cualquier persona examinar a través de informes todos los indicadores del SEB diarios, mensuales y anuales, desde cualquier lugar y vía internet.

Cuarto contraste: En Venezuela hay un equipamiento inconveniente, muchas veces usado sin planificación. También vemos una cada vez más grave desprofesionalización del sector y proliferan sonados casos corrupción con plena impunidad, licitaciones amañadas. Mientras más se gasta dinero menos electricidad tenemos, moribundo está el “Hecho Venezuela”, vivimos el mayor éxodo e hiperinflación de nuestra historia, por la des-electrificación nacional exprofeso del SEV y no hay la normal rendición de cuentas ante la nación.

Veamos las aberraciones:

Primera aberración: La opacidad es el pecado mortal contra la ética y así se ha creado el caldo de cultivo para la debacle del SEV. Esta carencia de transparencia niega el acceso abierto y libre a través de internet, del acontecer diario, mensual, anual del SEV. Tampoco es posible conocer los planes, su progreso, el desempeño de las inversiones, compromisos adquiridos y pasivos, toda la información que debería saberse por el avance de las comunicaciones en el siglo XXI. Esto es una política de estado extensiva a las principales estales del país, Pdvsa, Corpoelec, CVG y sus entes rectores. La desinformación es indefensión y violación a derechos fundamentales.

Segunda aberración: Esta crisis del SEV no es ni trivial ni casual, es fundamental para evitar el normal escrutinio que corresponde a una ESP como Corpoelec y su ente rector, el Mppee. Al momento, nos deben 2.804 partes diarios, 94 boletines mensuales y 9 informes anuales. Los racionamientos de energía eléctrica, cada vez más prolongados, someten a la población a condiciones infrahumanas de vida.

El SEB lo hace mejor que el SEV. Nuestra indignación tiene que ser inmensa, Venezuela fue primera en Sur América en materia de electricidad. Hacia Bolivia, que no tiene crisis eléctrica, van equipos nuevos y para ello Venezuela paga el avión más grande del mundo, Antonov 229. Mientras que hacia Maracaibo, donde se sufre una calamidad, llevan turbinas usadas por barcos de la Armada, barcazas y tierra.

Aquí nada cambiará, hay que salir del régimen sin dilación. Vamos hacia el fondo de la debacle, rumbo a la implosión, mientras Venezuela paga, Evo cumple y Maracaibo sufre. Tenemos el potencial para volver a ser líderes energéticos.

Bajo ningún concepto esta nota quiere criticar al gobierno de Bolivia y al Sistema Eléctrico Boliviano, SEB, pero sí al régimen de Venezuela y su errático accionar con el Sistema Eléctrico Venezolano, SEV, porque corresponde hacerlo. Un poco de historia es pertinente…

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