OPINIÓN | Tragedia lesa humana y electrizante

EL PITAZO

 

CRISIS ELÉCTRICA Por segundo año consecutivo y con mayor peligro que el anterior, el negligente manejo del embalse de Guri por el régimen, induce una tragedia para las poblaciones en las riberas de los estados Bolívar, Anzoátegui, Monagas, Delta Amacuro y en especial las poblaciones de San Félix y Puerto Ordaz, donde el Río Caroní desemboca en el Río Orinoco.

Existen dos modelos predictivos, cuyas altas estadísticas pronostican el comportamiento más probable de la cuenca del río Caroní. La aplicación de estos modelos permite: 1)  Un rango predictivo de 32 meses a futuro, 2) conocer la porción de energía térmica que se requiere, 3) optimizar la gestión hidro-térmica del Sector Eléctrico Venezolano (SEV), a  través del embalse de Guri, para 4) evitar  alcanzar el nivel mínimo y el nivel máximo de operación correspondientes a las cotas 240 y 271 msnm (metros sobre el nivel del mar), respectivamente.

La naturaleza de estas técnicas estocásticas tienen características convergentes con el objeto de minimizar el error del pronóstico. Es decir, mientras más se aplican sobre el banco de datos que se lleva desde el año 1950, más certeras son sus predicciones. Estas son grandes herramientas para la planificación operacional del SEV y mis investigaciones revelan que esta información privilegiada se utilizó tan temprano como en abril del año 2008, para inducir la primera oleada de corrupción eléctrica con “el montaje de la Crisis del Guri en 2010” y el primer Decreto de Emergencia Eléctrica.

De manera que no hay ninguna excusa que justifique todo lo que ha ocurrido en el pasado y lo que está por suceder, lo cual he advertido a la nación con suficiente anticipación.  En la actualidad, estamos a mitad de la duración de un período hidrológico excepcional. Veamos los factores que hacen más recurrentes las inundaciones:

1) La demanda de Guayana ha disminuido en 66% por la paralización de las Empresas Básicas. La demanda del SEV ha disminuido en más de 33%.

2) La operación energética del bajo Caroní (represas de Guri, Caruachi y Macagua) es errática. Cuando no llueve lo suficiente, sobre explotan la producción de energía y cuando hay un diluvio, lo infra-explotan .

3) La operación de sobrecarga de las líneas de la Red Troncal de Transmisión (RTT) desde Guayana hacia el oriente, centro y occidente del país, ha dañado mucho equipamiento en las subestaciones medulares de la RTT y dificulta el paso con confiabilidad de la energía. De allí surgen los bajones, oscilaciones y apagones de amplio espectro acontecidos este 2018. Llevamos ya ocho.

4) Es vox populi que en esta época del año el poderoso Río Orinoco se aproxima a sus niveles más altos, pero este 2018, por la hidrología favorable tanto en sus cabeceras, como la de los ríos Arauca y Guaviare, en Colombia, que desembocan en él, el Río Orinoco está en nuevos máximos históricos.

Los ítems 1 al 3 suben vertiginosamente al Guri, aumentan el peligro de inundaciones contra los más indefensos y el derroche energético.

“Es inadmisible aceptar que esta calamidad en el sistema eléctrico venezolano sea responsabilidad de la ‘Madre Naturaleza’ teniendo modelos, tiempo e información para mitigarlo. En realidad lo que está ocurriendo con el SEV es por la ‘Madre Negligencia’ del régimen. Está prohibido olvidar que en el mes de marzo de este año, se montó un gran operativo mediático indicando que había una ‘gran sequía’, y por eso el Zulia y los Andes no tenían electricidad”.

Estamos en agosto y no es sólo Guri, también en Santo Domingo (Mérida) y Masparro (Barinas), derrochan la energía. También está prohibido olvidar que  los embalses Camburito Caparo (Táchira-Mérida-Barinas), Uribante (Táchira) y Boconó Tucupido (Barinas-Portuguesa), todos recuperados en la región andina, tienen sus plantas fuera de servicio en 61%

El epicentro del desastre eléctrico del país está en el régimen porque su ADN destruye todo lo que está a su paso. En menos de dos décadas, pasamos de un sistema robusto y bien encaminado, a uno tambaleante, con menos MW térmicos disponibles y su columna vertebral (RTT) resquebrajándose, induciendo la agonía energética de Venezuela.

Es imperativo ejecutar sin dilación lo siguiente: 1) Cambiar el gobierno. 2) Un cambio sin vicios. 3) Sólo el conocimiento y ética harán viable el rescate del SEV. ¡Depende de usted decir: no más! Diga no a los pseudo-expertos, “Bolichicos 2.0”, pues no hay US$ 50 mil millones y menos ocho años para lograrlo. Ya es hora que el deber ser le gane al “como sea”. Ningún precio del petróleo soportaría este desastre.

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