CORREO DEL CARONÍ
PÚBLICO & CONFIDENCIAL/Damián Prat C.
Muchos creen que el “delito” cometido por esta Guayana industrial ha sido tener algún éxito en construir un desarrollo industrial inédito en Venezuela para producir hidroelectricidad, acero y aluminio sirviendo de base (por eso lo de “empresas básicas”) para impulsar a su vez un plan industrial manufacturero de valor agregado, superando, al menos parcialmente, la dependencia del rentismo petrolero.
¿Por qué un “delito”? Porque la oligarquía roja que acapara el poder hoy y que pretende basar su legitimidad política e histórica en que “la historia comienza con nosotros, antes no hubo nada”, no soporta ver una obra con más aciertos que fallas, con más luces que sombras. Quizás por eso se han empeñado en despedazarla tanto, arruinándola, convirtiéndola en improductiva, clausurando celdas de reducción y hornos de “colar” acero. En lugar de trabajar para hacerla mejor, superando las carencias e insuficiencias que tenía, la han ido reduciendo a cenizas, incluyendo destrozar los beneficios socio-económicos de sus trabajadores con los que decenas de miles de familias lograban ascenso social y progreso. Todo en nombre de un falso socialismo retrógrado y una mentirosa “revolución”. Entregando la soberanía nacional mientras hacen “bla bla” de independencia.
A pesar de defectos, insuficiencias y carencias, que los tuvo, en Guayana “se sembró el petróleo” a lo largo de 50 años en un plan nacional de desarrollo de largo aliento. El 70% de le energía eléctrica que mueve todo en Venezuela lo “exporta” el sistema hidroeléctrico del Caroní, construido con esa visión futurista. Todas las obras de infraestructura, viviendas, edificios, industrias, comercios, escuelas, liceos, universidades que se construyeron en Venezuela en los últimos 50 años llevan cabillas de Sidor (y de Sidetur-Sivensa) para hablar solo de uno de sus productos finales porque también salen de allí el alambrón, los laminados y planchones indispensables en tantas otras industrias. Con el maravilloso aluminio de nuestra industria integrada (que parte de la bauxita para ser transformada en alúmina y ésta en aluminio) se ha hecho de todo en Venezuela, sustituyendo importaciones y convirtiéndonos en exportadores. ¡Guayana llegó a significar el 25% del ingreso de divisas a la nación! Hoy la destrucción “robo-lucionaria” la ha reducido a casi cero. Ni hablar de ese portento que es el bosque gigante de 400 millones de pinos creado y desarrollado durante 40 años.
Ayer vivimos otro capítulo de tristeza en Guayana. Una nueva oleada de forasteros que nada sabe de acero, aluminio, industria, relaciones laborales, hidroelectricidad sustituye a la anterior y a la “tras-anterior” iguales de nulas. Desearíamos que al menos alguno de ellos sea mejor que los anteriores. Hace varios años tuvimos uno que llegó preguntando “dónde quedan las minas de aluminio”. Otros cerraron plantas como Tavsa y las de Refractarios para favorecer “negocios” de importación. Hipotecaron la alúmina con Glencore. Redujeron la producción de bauxita de 6 millones de toneladas a menos de 2. Unos ejecutaron la destructiva orden de cerrar la mitad de las celdas de Venalum y dos líneas de Alcasa para llevarnos a producir tan solo 30% de lo que era usual antes e incluso a la humillación de importar aluminio. Y hacerle perder a Sidor más del 60% de su capacidad de producción probada. Convertir a Ferrominera en menos de una sombra de lo que era, al punto que el 70% de su producción está privatizada porque sus equipos están destrozados. Entregarle el control de la minería a una potencia extranjera y a sus transnacionales, atropellando con saña a los mineros venezolanos.
Ninguno de los que han colocado en tan altos cargos en tantos años luchó por traer inversiones para recuperar la producción. ¡Ni un solo nuevo proyecto industrial existe en Guayana en 14 años! Ni uno solo. Cero. Todo lo que hay, ahora semi destruido, ya existía en 1999, pero en mejor estado. Los petrodólares solo son para financiar la vetusta ruina de los dinosaurios Castro y otros amigotes vividores. Cero para dar un nuevo salto de desarrollo en Guayana. ¿Por qué debe dirigir Guayana alguien que lo más que alcanza es a repetir un viejo lema publicitario de los años 80, “la alternativa no petrolera de Venezuela” sin poder definir nada más? ¿Qué delito cometimos para merecer esto? Por eso el pueblo trabajador de Guayana votó en amplia mayoría por el cambio y el progreso con Capriles. Castigó a los destructores de Guayana y al anti obrero Maduro. No pueden tapar esa verdad aunque amenacen con “limpiezas” fascistas y atropellos. Guayana resiste, trabaja, lucha y vencerá.
TIP 1: Maduro va a Uruguay y -así lo reseña la prensa internacional- reserva para él y su grupo tres pisos completos y 30 habitaciones en el más lujoso hotel de Montevideo, de la estadounidense cadena hotelera Radisson. Doble discurso que desnuda el falso socialismo y el falso antiimperialismo. “Ser rico es malo”. Para colmo, hace gala de nuevo de las torpezas y en el discurso ante sindicalistas dijo que “a Chile lo llamaban la Suiza de América”. Los uruguayos debieron sentir asombro porque de esa manera se calificaba a Uruguay en los años 70 y 80, no a Chile.
TIP 2: ¿Ser “duro” es atacar a la parte más débil, es decir, al trabajador sencillo? Nos llegan denuncias desde Sidor acerca de acoso contra trabajadores por estar haciendo gestiones en la zona de taquillas bancarias dentro de Sidor o en gestiones en Recursos Humanos. Ser “duro” de verdad, sería resolver lo del cheque de los 314 millones de dólares retenido por Maduro desde hace 8 meses y medio. O resolver lo de miles de activistas del PSUV, con permiso a tiempo completo, sin trabajar, para dedicarse a las actividades partidistas.
TIP 3: Derrotado el “golpe parlamentario” de Diosdado y su grupo. Al menos eso indican los primeros informes. Veremos. No se puede pedir que admitan el atropello, pero el solo hecho que se restituya la normalidad parlamentaria con el derecho a la palabra y debate sin condicionamientos, significa que el repudio nacional e internacional los obligó a dar un paso atrás. Hay que recordar que la medida -incluyendo la posterior violencia física contra diputados- era una provocación para tratar de obligar a la Unidad Democrática a salirse de la AN. El acuerdo, obviamente, no significa que habrá democracia plena. Esa es una conquista que logrará la lucha perseverante del pueblo por el cambio.
TIP 4: Cada vez más pruebas. La MUD introdujo ante el TSJ una segunda impugnación. Esta vez por el resultado parcial de 5.729 mesas de votación llenas de irregularidades que deben constar en esos cuadernos que el CNE-PSUV se niega a auditar. En esas mesas hay 2.309.021 votantes.