Se han ido convirtiendo en aquello de “las cúpulas podridas”

CORREO DEL CARONÍ

 

El poder totalitario es así, absoluto y con total impunidad. Ocurren horrores como el de Uribana (y 40 anteriores en otras cárceles) o escandalosos casos de corrupción (como el de Jaua-Pdvsa) sin que ninguno de los ministros directamente involucrados sean obligados a renunciar. Hay un desastre de ruina en toda la industria estatal sin que nadie deba responder por ese desaguisado que nos ha llevado a ser más dependientes del rentismo petróleo que nunca antes. Irresponsablemente derrocharon los petrodólares en “las vacas gordas” y ahora no hay un fondo de reserva que proteja al país cuando caen los precios del petróleo pero de esa vergüenza nadie asume responsabilidades. Todas las nuevas obras de generación eléctrica están paralizadas, inconclusas, un dineral botado, mientras enfrentamos otro “año Niño” y la única respuesta de la oligarquía gobernante es que los ciudadanos tenemos que sufrir racionamiento y pagar multas “porque somos derrochadores”. Destrozaron la producción agrícola y agropecuaria, mientras arruinaban a la industria privada con invasiones, expropiaciones, estatizaciones y con su “modelo” retrógrado, copiado del fracaso cubano y ahora la horrible escasez y las colas son culpas de otros, excusa para no asumir responsabilidades.

En el fondo está el asunto del “poder absoluto con afán totalitario”. Es la “sociedad de cómplices”. Ese es el problema de que una cúpula oligárquica gobierne sin tener límites ni contrapesos institucionales democráticos. Que no existan Fiscalía, Defensoría, Parlamento, Contraloría o Poder Judicial con independencia para frenar los abusos, castigar cuando haya que hacerlo y en todo caso ayudar a la sociedad a “hacer peso” en defensa de la Constitución vulnerada.

Esa oligarquía roja se transforma, poco a poco, en lo que ellos mismos, en otros tiempos, llamaban “las cúpulas podridas”. A eso se llega por una acumulación de poder insaciable, aderezado con el mesianismo de creerse “los elegidos de la historia”, los protagonistas de “la verdad para siempre”, los “superiores moralmente”. Los albaceas de la “inevitabilidad histórica” y por el copamiento de todas las instituciones para ponerlas al servicio “del partido y el proceso porque esta es una revolución que no debe pararse en leguleyismos burgueses como eso de la Constitución”.

Es un drama del que es necesario salir mediante un cambio democrático, a pulso, con la lucha social y la protesta, construyendo una nueva mayoría nacional que reúna en un encuentro sin revanchismos a las fuerzas de la oposición democrática con el anchísimo universo de pueblo (que fue chavista) harto, desilusionado y descontento. Una amplia fuerza del cambio para la cual la indignación sea motor de perseverancia en la lucha mas no un “alimento” para que las vísceras dominen al pensamiento ni mucho menos para la venganza o -menos que menos- para terminar pareciéndonos a lo que queremos cambiar.

“Hay que tener cojones, pero pensar con los cojones no es bueno. Los cojones están hechos para otra cosa”. Ese tuit reciente de Fernando Mires lo hago mío. Al mil por ciento. Y le agrego: Ejercer la política con sentido transformador por la democracia y el progreso no se puede reducir a “tener bolas”. Porque el machismo siempre es estúpido. El extremismo enfermizo irracional nunca será útil en política. Es tenerlas y mucho más que eso. Walesa y los obreros polacos de Solidaridad tenían coraje (¡vaya si lo tenían!) para organizar su sindicato, reclamar, hacer huelgas en medio de aquella férrea dictadura comunista del “partido único obrero” y con la amenaza de los tanques soviéticos. Y también tuvieron coraje para no ser como tontos toros embistiendo el trapo rojo ni para querer derribar el muro a cabezazos. Eso no habría sido “tener bolas”, sino ser tontos. Luchaban y negociaban. Avanzaban y dialogaban. Se podría decir que el régimen se veía obligado a lo impensable para ellos, dueños del poder totalitario: tenían que dialogar y negociar aunque también atropellaban, encarcelaban y reprimían. Cuando el régimen tuvo que aceptar hacer elecciones, pese al ventajismo y la falta de garantías, los de Solidaridad “le echaron bolas”. Y así, no solo ganaron sino lograron una transición con pocos traumas. En las narices del poder soviético y antes de que cayera el muro de Berlín.

TIP 1: Internacional Socialista. Uno de los daños del extremismo chavista fue haber desarrollado en la sociedad venezolana, como contrapartida a su ruina, la intolerancia y sus abusos, otros extremos. Una amiga me escribió ayer: “Es que escucho la palabra ‘socialista’ y me erizo”. Luego sonrió con simpatía al enterarse. Pues resulta que la Internacional Socialista es una organización mundial que reúne a partidos y fuerzas mayoritariamente de la social democracia, del socialismo democrático de centro izquierda. No hay allí “estatismo salvaje” ni parecido. Con variados matices, la mayoría de los que han gobernado en sus países podrían hacer suyo el lema: “Tanto mercado como sea posible. Tanto Estado como sea necesario”.

TIP 2: En la Internacional Socialista (que ayer recibía a Ramón Guillermo Aveledo representando a la MUD y a Carlos Vecchio de VP para dar solidaridad a la Venezuela que lucha por la libertad de los presos políticos, están partidos con el SPD alemán (aquel del recordado Willy Brandt), como el socialdemócrata sueco (el del también recordado Olof Palme) el PSOE español. El laborista inglés. También el PPD y el PS de Chile. El APRA de Perú. El PRI y el PRD de México. El partido Liberal de Colombia. El hoy opositor PDL de Brasil. Por Venezuela, son miembros UNT, AD y el MAS.

TIP 3: Interesante esa Internacional Socialista donde confluyen el partido Laborista de Israel (el de Shimon Peres y Golda Meir) junto al Fatah palestino de Mahmud Abbas. También es miembro el CNA surafricano de Mandela. Igual que el FSLN de Nicaragua y la UCR de Argentina. Como ven los simplismos están de más. Informarse adecuadamente es indispensable.

http://www.correodelcaroni.com/index.php/opinion/item/24104-se-han-ido-convirtiendo-en-aquello-de-las-cupulas-podridas