¿Tan mal está la candidatura de Chávez que tienen que llegar tan lejos con Globovisión?

CORREO DEL CARONÍ

PÚBLICO & CONFIDENCIAL/Damián Prat C.

Algunas preguntas y reflexiones ante un ataque tan brutal que pretende quebrar al único canal de TV que les hace contraste o incluso cerrarlo, porque si llegaran a ejecutar el embargo, le robarían todos los equipos y Globovisión no podría transmitir.

— ¿Qué buscan? ¿Entrar a la recta final de la campaña electoral con información casi totalmente controlada? ¿Qué los actos y movilizaciones de Capriles no puedan ser conocidos por el resto del país que no esté en ese sitio? ¿Hegemonía roja?

— Cualquiera de las respuestas a esas primeras preguntas nos conduce a que el candidato que pretende ser vitalicio, el del continuismo oficialista, siente o sabe que su respaldo se debilita y necesita cercar al aspirante de la Unidad. Inevitablemente, significaría también que saben o han medido el crecimiento del impacto y la emoción popular en apoyo a Capriles.

— ¿Si está tan “sobrao” con no se cuántos millones de votos de ventaja o con el veinte y pico por ciento de sus supuestas encuestas necesitaría tratar de quedar sólo en las pantallas de TV? Obvio que se trata de una medida de abuso de poder, de corte totalitario pero también una muestra de debilidad. Nadie que esté fuerte hace cosas como esa.

— ¿Esa medida se decidió en la “reunión de los viernes”? ¿La semana pasada? ¿O cambiaron de día de reunión tras la delación de Aponte?

— Más allá de esas consideraciones políticas, el atropello es inaceptable para una sociedad democrática. Ni tan siquiera para una medianamente democrática. Es un acto que prefigura la voluntad hegemónica y totalitaria de un grupo oligárquico gobernante. Ahogar y hasta cerrar Globovisión, más que cercenar la libertad de trabajo y expresión de sus periodistas -lo cual ya es grave- es un intento de impedir que el pueblo que disiente, que protesta, que denuncia y reclama, tenga voz. Porque en el canal 8 la censura es total e implacable contra todo lo que no sea alabanzas y genuflexiones al “comandante”. Ningún trabajador, sindicato, comunidad o sector que reclame tiene cabida, incluso aquellos dentro del partido de gobierno que en un momento necesiten reclamar algo.

— Lo rechazamos con todas nuestras fuerzas. La solidaridad es total con Globovisión. Todos somos Globovisión.

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