El Pitazo
Por: Jesús Olivares Fernández
En Venezuela, desde hace algunos años, se han venido presentando planes de recuperación del sistema eléctrico basados en la situación criticidad que ha presentado el mismo. En el año 2019, producto del Plan País, varios expertos plantearon propuestas de recuperación en periodos comprendidos entre 3 a 5 años, con inversiones cercanas a los 15.000 millones de dólares americanos.
Hoy luego de transcurridos más de 2 años, en medio de una pandemia que ha afectado el día a día mundial, la situación sigue siendo crítica, básicamente por que se ha demostrado que, sin un cambio de la dirección y manejo político del país, no es posible la ejecución de planes sobre lo que no se tiene control.
Dentro de lo que hoy día podría llamarse “un elefante blanco”, Corpoelec ha tratado de recuperar algo del sistema de generación sin mayor éxito, manteniendo una dependencia de la generación hidroeléctrica para cubrir la demanda de electricidad, y aunque disminuido constantemente la demanda a valores cercanos de los 10.000 MW, producto de la paralización de la actividad económica en el país y la constante migración de venezolanos, se mantiene los cortes de energía relacionados con esta actividad. Los sistemas de transmisión y distribución siguen en caída libre, sin acciones que apunten a su mejora en el corto o mediano plazo.
En el caso de transmisión la situación de la red es crítica, ya que no se realizan las labores de mantenimiento mínimas necesarias para garantizar su operación. Con frecuencia se sobrepasan los límites de transmisión en las líneas y esto produce que ante una falla simple se pierda la energía de buena parte del país. La situación de las subestaciones de transmisión es, por decir lo menos, caótica, con equipos fuera de servicio y esquemas de protección no operativos. Por otro lado, no existe un plan de expansión ni adecuación de la red de transmisión que permita acciones de recuperación y modernización de esta red.
La red de distribución, en nuestra opinión, es la más afectada, donde tenemos cientos de fallas diarias que afectan a miles de usuarios en diferentes regiones del país. Esta red, en muchas zonas, tiene más de 60 años de instalada y se encuentra en condiciones de obsolescencia y sobrecarga. Por las características del sistema de distribución, mantener la red requiere un proceso logístico eficiente, con personal preparado, materiales, herramientas y vehículos para atender las fallas y requerimientos de mantenimiento, proceso que está en situación precaria en el actual Corpoelec.
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En el caso de transmisión la situación de la red es crítica, ya que no se realizan las labores de mantenimiento mínimas necesarias para garantizar su operación. Con frecuencia se sobrepasan los límites de transmisión en las líneas y esto produce que ante una falla simple se pierda la energía de buena parte del país
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Las propuestas para recuperar o empezar de cero requieren ser revisadas. Recuperar redes con alto grado de obsolescencia, además de costos, no garantiza la estabilidad del sistema en el mediano y largo plazo. La aparición de tecnologías en generación distribuida y energías renovables nos obliga a pensar en la necesidad de utilizar los recursos disponibles en nuevas y modernas instalaciones.
En cualquiera de los escenarios políticos, la participación del sector privado es fundamental para poder tener un sistema eléctrico confiable en el país, pero esto no escapa de la necesidad de estándares mínimos de seguridad jurídica, reglas de juego claras que hagan atractiva la participación de inversionistas en este proceso que más que recuperación, podría llamarse de refundación del sistema eléctrico en Venezuela
Al final del día otra pieza fundamental de este rompecabezas es un recurso humano preparado, capaz de ejecutar las funciones básicas de planificar, desarrollar y operar el sistema eléctrico venezolano, que, a juzgar por las condiciones actuales, pareciera, estar ausente en la actual Corpoelec, esto de acuerdo con declaraciones de directivos de los sindicatos de Corpoelec que cito: “La desmotivación profesional, las condiciones inseguras, la falta de uniformes y equipos, los bajos salarios y el acoso laboral ocasionaron que 20.000 empleados de la Corporación Eléctrica Nacional abandonaran sus puestos de trabajo durante los últimos dos años, aseguró Alexis Rodríguez, directivo de la Federación Nacional de Trabajadores Eléctricos”
El logro de un sistema eléctrico confiable y moderno, si bien va a requerir acciones de recuperación de corto plazo, amerita tener claro el horizonte de mediano y largo plazo, para las acciones de reconstrucción de las redes de transmisión y distribución del país.
Este proceso requiere la participación de todos los que se sientan capaces de aportar, estén en Venezuela o en el exterior, y quieran ver la recuperación de nuestra querida Venezuela.
¿Un “Plan” sin País?, me pregunté conversando conmigo mismo.