Aumentan 40% solicitudes para reparar electrodomésticos

EL SOL DE MARGARITA

Frecuentes apagones tienen en vilo a insulares. Neveras, aires acondicionados, computadoras y lavadoras “sufren” los embates de un irregular voltaje.

Son las t3:00 de la tarde y los empleados de una tienda mitigan el calor con ventiladores. Lo paradójico es que aun cuando allí reparan equipos de informática, se han visto afectados “en carne propia” porque tras el último apagón ocurrido en esta zona comercial de Porlamar se les quemaron los dos aires acondicionados de 10 toneladas cada uno, sin posibilidad de arreglo.

La empresa ha tenido que adquirir dos aires nuevos que están por llegar. Mientras, los ventiladores son buenos dentro del amplio local para enfrentar el sofocón.

Incrementan solicitudes

Durante el período vacacional y en contraste con temporadas bajas, en 40% se han incrementado las solicitudes de reparación de electrodomésticos y equipos de informática, porque los bajones o subidas de voltaje no distinguen entre equipos viejos o nuevos, comentó Rafael Henao, presidente de la empresa Frío Insular H & B.

Refiere que en promedio recibe hasta 30 artefactos para su reparación. La mitad de reciente adquisición, al punto de que todavía al cliente lo ampara la garantía que tiene duración de un año. Los otros son equipos de más vieja data.

“Estamos hablando de aires acondicionados, neveras y lavadoras, principalmente. Los protectores no alcanzan a regular ese inestable voltaje. Son muy altos los picos del voltaje. En algunos casos llega muy bajo el voltaje, con apenas 40 o 50 voltios, cuando lo normal debería ser de 110. Otras veces, tras un apagón, más bien se dispara a 140 o 150 voltios”, explicó.

Aparte de los electrodomésticos, se “queman” los bombillos. Reiteró que “el irregular voltaje no respeta si es viejo o no el equipo. Tampoco hay diferencia respecto a las marcas”, aun cuando señaló que sí predomina mayor daño en equipos con algún componente electrónico, como las tarjetas de aire acondicionado y de las lavadoras.

Para colmo de males, en Frío Insular están aún “fríos” porque el pasado viernes fueron atracados en el galpón donde tienen el taller de reparación, cuando a mitad de la tarde entraron cuatro hombres portando armas. Todavía viven el susto.

Tampoco hay diferencias entre clientes, porque la situación eléctrica afecta tanto a vecinos de una urbanización como a los habitantes de una barriada humilde o a empresarios que tienen equipos de informática y aires acondicionados funcionando en sus locales.

Entre los insulares hay una mezcla de preocupación y rabia.

“Hoy la nevera no arrancó”, dijo María Quijada, quien se quejó además de los efectos de los apagones, los cuales se convierten en pesadilla para quienes sufren de hipertensión.

Al apagarse los aires acondicionados entonces se ven obligados a soportar madrugadas o mediodías calurosos que complementan la escena que hoy se vive en muchos hogares, cuando “se va la luz”.

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