En Carabobo la batalla de los empresarios es por la supervivencia

EL  MUNDO ECONOMÍA Y NEGOCIOS

Mientras una oleada de importaciones colapsa el principal puerto del país, los industriales locales solo reciben -y tarde- 25% de las divisas solicitadas para traer la materia prima requerida.

Lejos están de ser ideales las condiciones del entorno económico para el sector productivo de Carabobo. Dificultades para acceder a divisas, la recurrente crisis por fallas eléctricas, el congestionamiento en el principal puerto del país, la caída del hasta hace poco muy rentable sector construcción y el descenso de la actividad comercial, son algunas de las puntas de los varios icebergs que sobresalen en la geografía empresarial de esa entidad.

  «La situación es difícil y pareciera que tiende a complicarse más con la promulgación de leyes como la nueva del Trabajo y la anunciada Antimonopolio«, acota Antonio Landaeta, presidente de Fedecámaras Carabobo, quien asegura que las condiciones para el sector productivo se han deteriorado de manera alarmante en los últimos meses.
Con uno de los mayores parques manufactureros de Venezuela (33.789 unidades económicas, según el IV Censo Económico 2007-2008, último realizado en el país por el Instituto Nacional de Estadísticas), tanto el presidente de Fedecámaras regional como Gerardo Barreto, presidente de la Cámara de Industriales del estado Carabobo (Ciec), sostienen que la obtención de divisas para la adquisición de material importado es el gran dolor de cabeza del sector en estos momentos.
«Estamos en total incertidumbre con el tema de las divisas, pues apenas estamos recibiendo 25% de los dólares que solicita el sector. Eso ya ha traído problemas para muchas empresas», afirma Barreto, quien no duda en que la situación empeorará en el futuro inmediato.
Landaeta, por su parte, señala que a ello se agrega el retardo de hasta 180 días para recibir las divisas asignadas.
Para muestra un botón: asiento de cuatro de las ocho ensambladoras privadas que existen en el país, Carabobo fue el primer estado en sentir los embates de la caída de la producción de 40% que sufrió la industria en abril respecto a marzo pasado, situación que obedeció  a la falta de material de ensamblaje por la no asignación de divisas, según señalaron en su momento voceros del sector.
Antonio Landaeta asegura que esta situación viene repitiéndose en otras áreas, con el agravante de que las empresas pequeñas y medianas no tienen el músculo financiero suficiente para acometer por sí mismas la importación, una alternativa que viene cerrándose para las grandes industrias imposibilitadas como están para repatriar capitales.
«Estamos hablando de $10.000 millones en capitales represados, que no necesariamente se tienen que ir del país, pues el gobierno pudiera llegar a acuerdos para que parte de esos recursos se repatrien y parte sea invertido aquí, lo que generaría más producción, impulsaría la creación de puestos de trabajo y dejaría más recursos fiscales por pago de impuestos», añade Landaeta.
Luz que no alumbra
Cuando en 2010 se produjo la peor crisis de generación eléctrica que ha vivido Venezuela, Carabobo fue uno de los estados más afectados, y sigue siéndolo.
«Desde hace mes y medio venimos soportando nuevos cortes de electricidad. Aunque no se ha declarado, pareciera una nueva medida de ahorro energético, solo que esta vez es encubierta», acota el presidente de Fedecámaras.
Al respecto, Gerardo Barreto recuerda que el compromiso contraído por Corpoelec de aumentar en 2.000 megavatios la generación eléctrica para satisfacer la demanda de toda la entidad, se ha quedado corta.
De hecho, a la fecha solo se han incorporado al tendido 600 megavatios, 30% de lo determinado como necesidad básica, a lo cual debe sumarse lo que Barreto considera como estancamiento en la rehabilitación de las líneas de transmisión y distribución, el otro gran problema a resolver.
¿Las más perjudicadas?
Las pequeñas y medianas empresas, que no pueden costear la adquisición de equipos de generación alternativos como sí lo han hecho las grandes industrias.
Aunque de momento no existen cifras sobre la afectación dejada por esta nueva oleada de apagones, Landaeta asegura que no es de poca monta, pues por solo poner un ejemplo, las fallas eléctricas interrumpen el despacho de mercancía en el puerto de Puerto Cabello hasta nueves veces al día, situación que contribuye a aumentar el congestionamiento de la aduana.
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