CORREO DEL CARONÍ
PÚBLICO & CONFIDENCIAL/Damián Prat C.
¿Por qué el gobierno ordenó a la GN acantonada en el peaje de entrada a Barcelona impedir que el grupo de 11 autobuses con sus 300 a 400 activistas de la FBT-PSUV de varias empresas de Guayana pudiera llegar a Caracas y manifestar contra el ministro de Industrias? Explicación oficial no hay, y nadie espera que la ofrezcan, salvo algo para “suavizar” la cosa. Hechos concretos sí los hay y cosas obvias también como que ningún funcionario militar medio va a retenerlos por siete horas salvo que sus órdenes sean “muy superiores” como en efecto ocurrió.
Los dirigentes sindicales en el curso de esas largas horas les explicaban a sus camaradas “de la base” que “esto no lo sabe el comandante”. Algo parecido les explicaron a personas atrapadas “en la cola” que se acercaban a inquirir sobre lo que ocurría. A los periodistas de El Tiempo, un directivo de Sintraferrominera les dijo que “parece que los ministros que pone Chávez están divorciados de la política obrerista del presidente. Ellos no solucionan los problemas administrativos. Ellos se ocupan de poner a sus compadres y amigos en los puestos claves”. Parecido a lo que decían antes cuando Sanz era el ministro y también con Khan.
El actual ministro Ricardo Menéndez dijo semanas atrás que “no se pueden discutir contratos colectivos con empresas que dan pérdidas”. Eso indigna, porque esas empresas antes no daban pérdidas y mucho menos de la magnitud desastrosa de hoy. La ruina de hoy es culpa del Gobierno, de modo que quienes son responsables de la destrucción de Guayana no puedan pretender que sean los trabajadores quienes paguen los platos rotos, mientras ellos dan “lecciones”
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