Promesas vacías

TAL CUAL

En San Félix, Chávez prometió y prometió y no ofreció nada concreto a los trabajdores. Ni inversiones, ni derechos laborales. El pago de los pasivos no mereció ningún espacio en el discurso. Tampoco los contratos colectivos. Dijo que sueña con llevar adelante el proyecto de «un eje de desarrollo minero e industrial en el Orinoco».

Esta vez no habló de la «Ciudad del Acero». Tampoco de la «Ciudad del Aluminio» ni del «Eje Orinoco-Apure» o de la «nueva siderúrgica nacional», que jamás se hicieron, pero en cambio el candidato presidente Hugo Chávez hizo dos nuevos anuncios: PetroSanFélix y el proyecto Orinoco del cual dijo soñar con llevarlo adelante como «un eje de desarrollo minero e industrial al sur del Orinoco».

Enfundado en una gruesa chaqueta que parecía cubrir más ropa o chalecos por debajo, así como una gruesa bufanda tipo londinense Chávez realizó un paseo en carroza de unas diez cuadras terminando en un mitin en la avenida Dalla Costa de San Félix.

La lluvia, pertinaz aunque no intensa, molestó el acto en su primera mitad por lo que el orador dijo que «hablaré corto», cosa que no cumplió pues se extendió por algo más de dos horas.

La multitud, calculada en unas 20 mil personas, quizás una tercera parte de lo que reunió el candidato Henrique Capriles una semana antes en Ciudad Bolívar se mostró muy motivada en la primera fase pero fue abandonando el lugar a mitad de discurso.

Chávez, el presidente antes que candidato, no dijo nada sobre varios de los temas que algunos de sus partidarios en la dirigencia sindical de las empresas básicas habían promocionado como expectativas.

El pago de los pasivos laborales no mereció ningún espacio en el discurso.

Tampoco nombró a los contratos colectivos con varios años de atraso en todas las empresas y ni siquiera alguna forma de compensación económica para cubrir el deterioro de los salarios.

Tampoco hubo anuncios de inversiones para recuperar la destrozada capacidad productiva de las empresas y en cambio sí una nueva versión de la historia regional ya que según su relato, «durante los años ochenta y noventa no se hizo ninguna inversión en el sistema eléctrico, de modo que de no haber llegado la revolución, el país estaría apagado».

En 1986 fue inaugurada la II etapa de Guri que sumó 6 mil MW al SEN y en 1997, en la segunda presidencia de Rafael Caldera se inauguraron las hidroeléctricas Macagua II y Macagua III bautizadas en aquel entonces como «23 de Enero» que aportan 2.600 MW más. Estas dos últimas se ubican a escasos tres kilómetros del lugar del mitin.

Dichas obras, construidas y puestas en servicio justamente en las dos décadas referidas por Chávez, aportan hoy más de la mitad de toda la oferta eléctrica nacional, y junto con Guri I y Caruachi el 75% de la capacidad energética instalada.

En el discurso anunció un convenio entre Pdvsa y la CVG para constituir PetroSanFélix, para explotar parte de la Faja del Orinoco y unos planes para que Sidor fabrique 500 mil tubos anuales para Pdvsa.

Lo llamativo es que Sidor tenía más de 50 años fabricando los tubos para la industria petrolera nacional, hasta que en 2008, Chávez estatizó su planta de tubos, Tavsa y la cerró para facilitar un convenio con China que ahora nos vende los tubos que requiere Pdvsa.

En 2007 Chávez anunció la construcción de «la nueva fábrica de tubos» dentro de Sidor, pero tras tímidos avances, la obra está totalmente paralizada.

En cuanto al «sueño» de crear «un eje de desarrollo minero e industrial al sur del Orinoco», parecía estar describiendo a Ciudad Guayana y su emporio industrial existentes desde hace 50 años, pero lo anunció como una «idea nueva».