DIARIO EL TIEMPO (ANZOATEGUI)
Una segunda estructura metálica que está electrificada se ubica en el patio de la escuela bolivariana La Curbatera
Caigua.- Cautela deben tener los habitantes de La Curbatera cada vez que pasan cerca de un poste, ya que algunos pegan corriente y otros producen chispazos durante la noche.
En ese caserío habitan unas 80 familias que en su deseo por tener una mejor calidad de vida, sienten que han retrocedido. Hace seis meses la Alcaldía del municipio Bolívar desarrolló un proyecto de electrificación en la calle Principal, pero la contratista asignada lo dejó a medias.
Karina Hurtado, vocera del consejo comunal, explicó que el plan consistía en la instalación de tres postes y la sustitución de guayas de alta tensión. Pero apenas colocaron uno y de paso lo dejaron mal: pega corriente.
Una segunda estructura metálica que está electrificada se ubica en el patio de la escuela bolivariana La Curbatera. Luz Marina Ruiz, madre de dos escolares, agradece a Dios que hasta ahora no ha ocurrido ninguna situación de emergencia como consecuencia de la irregularidad, pero teme que algo pueda suceder de un momento a otro, ya sea a los niños, a los docentes u otras personas que ingresen al plantel.
“Aquí hacen vida más de 150 personas, y en cualquier momento podrían tocar el poste y quedarse pegadas”.
En esa zona los problemas con el servicio eléctrico son frecuentes. Los cables del tendido están empatados, porque cada vez que llueve algunos se sueltan y Corpoelec los remienda para reestablecer la electricidad.
Rayos y Centellas
Sonia Tarache, miembro del comité de Madres del Barrio, comentó que hace una semana cayó un palo de agua con ventolera y relámpagos que no sólo los dejaron sin electricidad, sino que acabaron con la vida de dos terneros de la familia Caicuto y le volaron el techo a la casa de la señora María Guanare.
Este año las noticias no han sido muy buenas para esa comunidad. Hurtado dijo estar preocupada porque hace poco les notificaron que los desincorporarán del acueducto de Caigua, al cual están conectados, porque le restan potencia al suministro.
Comentó que La Curbatera es uno de los pocos caseríos que reciben agua directa dos veces por semana, y que a pesar de esto deben comprarle a camiones privados. “Ahora se nos va a complicar más la cosa porque no vamos a tener agua ningún día de la semana”.
Los vecinos también se quejaron del servicio de transporte público, pues al parecer sólo cubren la vía cuando cargan pasajeros en Barcelona. Adujeron que debido a la falta de transporte los escolares no pueden asistir a clases. Lo mismo le pasa a las personas que fuera de la parroquia Caigua.
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